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Utilizan desechos de la destilación de whisky para producir biogás

La destilería Glenfiddich ha conseguido utilizar los desechos procedentes de la elaboración de whisky para producir biogás que ya que utilizan algunos de sus camiones.

Glenfiddich es un conocido fabricante escocés de whisky que vende unos 14 millones de botellas al año, y que cuenta con una flota de unos 20 camiones. Varios acaban de estrenar un nuevo combustible, biogás, pero producido a raíz de los desechos del alcohol que produce esta destilería.

En concreto se trata de un combustible, aseguran, que permite bajas emisiones hecho de productos de desecho de su propio proceso de destilación de whisky como parte de una iniciativa de sostenibilidad denominada “circuito cerrado” ha señalado la propia empresa a la agencia Reuters.

Biogas procedente de whisky

Glenfiddich ha confirmado la instalación de surtidores en su destilería de Dufftown en el noreste de Escocia que utilizan tecnología desarrollada por su empresa matriz William Grant & Sons para convertir sus desechos y residuos de producción en un gas de combustible de carbono ultra bajo (ULCF, Ultra-Low Carbon Fuel) que produce una caridad muy baja de dióxido de carbono y otras emisiones contaminantes.

Según palabras de Stuart Watts, director de destilería de la empresa familiar William Grant & Sons, tradicionalmente Glenfiddich ha vendido los granos sobrantes del proceso de malteado del whisky para la elaboración de alimento alto en proteínas para el ganado.

En este caso, mediante un proceso que permite descomponer la materia orgánica se crea un biogás que luego es el que utiliza la flota de camiones, por el momento solo tres vehículos adaptados. Se trata de vehículos Iveco que hasta ahora funcionaban con gas natural y que transportan el aguardiente Glenfiddich desde la producción en Dufftown hasta el embotellado y el envasado, cubriendo cuatro rutas de William Grant & Sons en el centro y oeste de Escocia.

Estudios preliminares realizados por la empresa señalan que este biogás reduce las emisiones de CO2 en más del 95% en comparación con el diésel convencional y otros combustibles fósiles, y reduce otras partículas nocivas y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) hasta en un 99%. Esto supondrá que cada camión dejará de emitir hasta 250 toneladas de CO2 al año.

Fuente: Car and driver

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