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Investigadoras del ITESM incrementan el valor nutricional de la papaya

Un equipo de investigadoras del Tec campus Monterrey ganó un premio nacional de alimentos por su trabajo para aumentar hasta 5 veces el valor nutricional de la papaya maradol.

Perla Ramos fue la autora principal, mientras Rocío Díaz y Carmen Hernández lideraron el proyecto “Producción de compuestos bioactivos en papaya Maradol por medio de la tecnología de alta presión hidróstatica”, investigación que ganó el Premio Nacional de Ciencias y Tecnología de Alimentos en la categoría Tecnología, máximo galardón en México en esta área.

La papaya Maradol, consumida diariamente en muchos hogares del país, es alta en vitamina A y C, así como otros nutrientes. México es el segundo productor a nivel mundial de esta fruta y el desarrollo de este proyecto permitirá que una pequeña porción de este fruto contenga hasta 5 veces más su valor nutricional.

“Estos compuestos que tienen vitamina A y licopeno, los estuvimos siguiendo a través del proceso de altas presiones hidrostáticas, cuyas presiones son súper altas”, explicó Díaz.

“Lo que hicimos fue tratar cubitos de papaya con esa tecnología, los almacenamos y descubrimos que después de que los tratas la papaya empieza a producir más (nutrientes)”, añadió.

Otros investigadores que participaron en el proyecto son Carolina García, Carlos Rodríguez, de la Escuela de Ingeniería y Ciencias; y Noemí García y Gerardo García, de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud.

El grupo demostró que este tipo de presiones hacen que el tejido se sienta estresado y, como sigue vivo, produce compuestos para quitar dicho estrés, los cuales incrementan los nutrientes.

“Prende sus genes para empezar a sintetizar más y eso es una parte importante del trabajo, que por primera vez en el mundo demostramos que el alimento vegetal produce más porque prende más genes, (esto) aumenta la cantidad de carotenoides, de licopeno; entonces es más nutritiva”, señaló.

Este fue un trabajo de 14 años comenzado por la doctora Perla Ramos en el 2005 como su tesis de doctorado, y con el paso de los años otros investigadores se sumaron al trabajo, el cual ha rendido buenos frutos, pues fue publicado en la revista de alimentos Food Chemistry y se le otorgó una patente nacional.

“Sin este equipo que se fue formando hubiera sido más difícil y más tardado llegar, porque fueron diferentes áreas las que aportaron”, mencionó la doctora Ramos.

Gracias a este logro también se demuestra que si se utiliza buena tecnología, los alimentos procesados no pierden su valor, comentó la doctora Hernández: “Generalmente la gente tiende a pensar que los procesos destruyen los nutrientes y que comer algo procesado es malo, pero estamos demostrando que con buena ingeniería de alimentos podemos incrementar el porcentaje de vitaminas”, explicó.

Además, refrenda que se puede trabajar de forma transdisciplinaria, ya que participaron investigadores de diferentes escuelas.

Fuente: Tecnológico de Monterrey

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