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El consumo moderado de vino tinto está vinculado a una presión arterial más baja

Científicos demuestran los beneficios de los polifenoles en la mejora de la microbiota intestinal y su relación directa con una presión arterial más baja.

Consumir alimentos ricos en polifenoles, como el vino tinto, puede mejorar de manera significativa nuestra microbiota intestinal lo que implica una presión arterial más baja. Esta es la principal conclusión de un nuevo estudio que relaciona las bacterias “buenas” de nuestro organismo con la dieta y la tensión arterial.

Así, según una nueva investigación, científicos nutricionales descubrieron que los billones de microbios que viven en nuestro tracto digestivo, conocidos como microbiota intestinal, serían en parte responsables de la asociación entre el consumo moderado de vino y la presión arterial más baja, ya evidenciada en estudios anteriores.

Aunque estudios anteriores han demostrado los beneficios de un microbioma intestinal más diverso, este es el primer estudio que examina cómo la microbiota intestinal puede proporcionar un vínculo entre una presión arterial más baja y comer y beber alimentos ricos en flavonoides como las bayas y el vino tinto.

El estudio, publicado el pasado mes de agosto en Hypertension, una revista de la American Heart Association, recopiló datos de la cohorte PopGen del norte de Alemania, que incluyó a más de 1.000 participantes de entre 25 y 82 años.

Equipos de investigación de Queen’s University Belfast (QUB) y Kiel University en Alemania, realizó exámenes de seguimiento, completó cuestionarios detallados sobre las dietas de los participantes, recogió ADN bacteriano fecal a través de muestras de heces y midió la presión arterial sistólica y diastólica tres veces por sesión con monitores digitales.

Los científicos han encontrado en repetidas ocasiones vínculos entre los polifenoles de los alimentos vegetales y los vinos, y una mejor salud cardiovascular. Pero una pregunta clave es cómo metaboliza el cuerpo estas sustancias. Estudios recientes han encontrado un vínculo entre la microbiota intestinal, los microorganismos del tracto digestivo humano, y las enfermedades cardiovasculares. Y un análisis previo de datos de la misma cohorte de PopGen encontró una asociación de hasta el 18,5% entre el consumo habitual de alimentos ricos en flavonoides y la grasa abdominal podría explicarse por la diversidad microbiana y la abundancia de bacterias beneficiosas del estómago como lactobacillus, ruminococcaceae y oscillibacter.

Para este estudio, los investigadores se centraron en seis subclases de flavonoides diferentes: flavanonas, antocianinas, flavan-3-oles (flavonoides), flavonoles, flavonas y flavonoides poliméricos. Todos estos son compuestos orgánicos que se encuentran en las plantas. 

Según la Dra. Aedín Cassidy, autor principal y profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas QUB, los estudios sugieren que las principales subclases asociadas con los beneficios cardiovasculares son las antocianinas (bayas y grosellas negras), flavonoides (chocolate negro, té, manzanas y vino tinto) y flavonoles (cebollas, té, uvas y vino tinto).

Los investigadores encontraron que un mayor consumo de flavonoides se asoció con una presión arterial sistólica más baja, mientras que un mayor consumo de flavonoles y flavonas se asoció con una presión de pulso más baja. El mayor consumo de bayas y vino tinto también se relacionó con una microbiota intestinal más diversa.

En declaraciones a medios, la Dra. Cassidy afirmó que beber 250 ml de vino tinto a la semana, aproximadamente dos copas, se asoció con un nivel promedio de presión arterial sistólica de 3.7 mm Hg más bajo, de los cuales el 15% podría explicarse por el microbioma intestinal.

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Los investigadores observaron que el consumo de flavonoides y, tanto la diversidad como la abundancia de bacterias intestinales, están directamente asociadas. Además, evaluaron la relación entre estos factores microbianos y la presión arterial. Presentaron los resultados como un porcentaje: la asociación entre la ingesta de flavonoides y la presión arterial mediada por la microbiota, con la asociación total entre la ingesta de flavonoides y la microbiota en la presión arterial. El resultado fue la cifra del 15,2% que podría explicarse por una combinación de diversidad de microbiotas y una mayor abundancia relativa de ruminococcaceae.

Los autores añaden que una mejor comprensión de los mecanismos subyacentes a las asociaciones entre la dieta y la presión arterial permitirá enfoques dietéticos más eficaces y precisos para la prevención de la hipertensión.

Aunque los hallazgos son prometedores para los amantes del vino, la Dra. Cassidy sugiere que la comunidad científica necesita ensayos clínicos para confirmar el vínculo entre la microbiota intestinal diversa, las dietas ricas en polifenoles y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. Los ensayos podrían revelar una explicación de causa y efecto en lugar de una asociación.

Fuente: Vinetur

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