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Desarrollan un material para extender la vida útil y conservación de alimentos mediante microestructuración

Analizar el estado de conservación y la aparición de bacterias en alimentos, en concreto pechugas de pollo, y ver cómo se podía extender su uso de vida útil a través de diferentes materiales o mejoras. Es el reto presentado a Infinitia Industrial Consulting y ante el que su equipo de Tecnología de los Alimentos planificó una serie de ensayos, con el objetivo de comprobar el efecto de materiales microestructurados en la preservación de las pechugas, tal y como informa esta compañía en su página web, recordando que este tipo de materiales tiene propiedades bactericidas y ofrecen ventajas respecto a otros métodos de desinfección de superficies.

Así, desde Infinitia Industrial Consulting detallan que los ensayos se llevaron a cabo a lo largo de varios días. Durante este período, se fueron realizando análisis microbiológicos comparados de las pechugas de pollo. En uno de los ensayos, el alimento estaba en contacto con el material microestructurado y, en el otro, no. De esta forma, se consiguió obtener una comparativa de los resultados como efecto de estas dos modalidades de conservación.

A partir de esta información, se observó que las muestras que habían estado en contacto con el material microestructurado mostraban una menor presencia de bacterias psicrófilas. De esta forma, se llegó a la conclusión de que el material microestructurado permite mejorar la preservación de las pechugas de pollo y por tanto, su seguridad alimentaria.

Además, desde su web se detalla cómo se abordó la investigación, partiendo de una búsqueda bibliográfica para recabar información sobre el tema en cuestión. A continuación, se trazó un plan de acción, mediante el cual se ejecutaron los análisis microbiológicos de las pechugas de pollo en diferentes días. Las muestras se estudiaron con ayuda de un homogenizador Stomacher. Este equipo de nuestro laboratorio permite la determinación bacteriana en alimentos aportando una gran precisión.

Con los datos obtenidos, se realizó el cálculo de CFU/g de las bacterias mesófilas y psicrófilas detectadas en cada una de las pechugas analizadas. Con este cálculo se pudo determinar el número de bacterias que había en las muestras.

Posteriormente, se procedió a la interpretación de los resultados y a la valoración final positiva del empleo de material microestructurado en pechugas de pollo.

Fuente: Eurocarne

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