Un antioxidante de una popular bebida aumentaría niveles de proteínas supresoras de tumores y reparadoras del ADN
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Un antioxidante de una popular bebida aumentaría niveles de proteínas supresoras de tumores y reparadoras del ADN

Una nueva investigación ofrece una nueva pista para el descubrimiento de fármacos contra el cáncer. Analiza el té verde, que otros estudios indican tendría efectos inhibidores contra varios tipos de cáncer, como el de mama, pulmón, próstata y colon.

Según un informe publicado en la 23ª Reunión del Grupo Intergubernamental de la FAO sobre el té (IGG, su sigla en inglés), desarrollada en mayo de 2018 en Hangzhou, China, Chile está entre los 15 principales consumidores de té en el mundo, con 1,2 kilos per cápita al año.

Cada chileno consume en promedio 427 tazas al año (dato de 2016 de Euromonitor International), lo que sitúan a Chile como el principal consumidor de Latinoamérica y el único país de la región donde el consumo de té supera al de café.

Una bebida popular y que tendría algunos beneficios para la salud, en especial el llamado té verde (té no ha sufrido una oxidación durante su procesado, a diferencia del té negro) que diversos estudios han informado tendría efectos inhibidores contra varios tipos de cáncer, como el de mama, pulmón, próstata y colon.

La mayoría de los efectos quimiopreventivos del té verde sobre el cáncer se atribuyen a los compuestos polifenólicos, entre los que la epigalocatequina-3-galato (EGCG) es la más importante. EGCG representa del 50 al 80% de la catequina en el té verde.

Las catequinas son parte de la familia química de los flavonoides (grupo diverso de fitonutrientes) que muestran propiedades antioxidantes, es decir, poseen características antiinflamatorias que ayudan al sistema inmunológico

Ahora un nuevo estudio señala que un antioxidante que se encuentra en el té verde puede aumentar los niveles de p53, una proteína natural contra el cáncer, conocida como la “guardiana del genoma” por su capacidad para reparar el daño del ADN o destruir las células cancerosas.

El estudio publicado en Nature Communications, es una interacción directa entre p53 y el compuesto del té verde, galato de epigalocatequina, un tipo de catequina (antioxidante polifenólico que procede de las plantas) y abundante en el té (EGCG), y apunta a un nuevo objetivo para el descubrimiento de fármacos contra el cáncer.

“Tanto las moléculas de p53 como de EGCG son extremadamente interesantes. Las mutaciones en p53 se encuentran en más del 50% de los cánceres humanos, mientras que el EGCG es el principal antioxidante del té verde, una bebida popular en todo el mundo”, señala en un comunicado Chunyu Wang, autor principal y profesor de ciencias biológicas en el Instituto Politécnico Rensselaer.

Fuente: La Tercera

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