Nuevas fuentes proteicas para nuevos alimentos funcionales
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Nuevas fuentes proteicas para nuevos alimentos funcionales

Ainia está explorando nuevas fuentes de proteínas para su integración en novedosos productos funcionales a través de estudios a gran escala de las proteínas de una matriz, lo que permite analizar cómo varían en diferentes condiciones. Mediante la tecnología Ómica conocida como Proteómica, el centro tecnológico está analizando nuevas funciones encriptadas en estas macromoléculas y su potencial aplicación en alimentos. También en fármacos, cosméticos, nutracéuticos o suplementos para deportistas, entre otros.

Las proteínas, a grandes rasgos, están formadas por unidades más pequeñas denominadas péptidos, que a su vez están constituidos por moléculas de menor tamaño que conocemos como aminoácidos. Diferentes composiciones de aminoácidos dan lugar a diferentes péptidos, estos, conforman distintas proteínas con una función concreta. Las últimas investigaciones de Ainia se dirigen hacia la búsqueda y caracterización de nuevos péptidos procedentes de nuevas fuentes proteicas.

“Se ha observado que algunos de estos péptidos, cuando son separados del conjunto total que forma la proteína, son capaces de adquirir ciertas bioactividades que acarrean un enorme potencial beneficioso para la salud humana. Entre estas bioactividades se pueden destacar antioxidantes, antibacterianas, antitumorales o antihipertensivas entre otras”, apunta el Dr. Elías Hurtado, del departamento de Biotecnología de Ainia.

“La exploración de nuevas fuentes proteicas se dirigen, en este caso, a buscar en su interior y hallar péptidos bioactivos. La Proteómica adquiere un papel muy relevante, ya que a través de ella podemos identificar las proteínas presentes en una matriz; caracterizar y cuantificar los péptidos que contienen, así como explorar su potencial bioactivo, y definir los procesos que permiten extraer ese potencial. Además, permite comprobar la riqueza y la diversidad de proteínas en estos productos para poder estudiar su potencial saludable”, señala el experto en Proteómica Elías Hurtado, de Ainia.

Incorporación de péptidos bioactivos para productos alimenticios

La posibilidad de integrar a sus matrices péptidos bioactivos se están viendo reflejadas en su incorporación en nuevos alimentos, como los péptidos antioxidantes, o antihipertensivos, difíciles de obtener en la dieta, y que contribuyen a incrementar el potencial saludable de un determinado alimento o suplemento nutricional.

Otros sectores

En el área de la salud, sus aplicaciones se dirigen a nuevos productos destinados al cuidado y prevención de la salud, como los hidrolizados de colágeno o caseína. Por ejemplo, hacia el tejido conectivo, como los péptidos bioactivos de colágeno para mejorar la movilidad y reducir las posibles lesiones en las articulaciones al mejorar el bienestar de los cartílagos, tendones y ligamentos de los atletas. También se han lanzado productos destinados a la salud ósea, péptidos de colágeno aglomerado producidos a partir de bovinos de alta calidad, son ultrabioactivos y ofrecen una mejor difusión y solubilidad, o los encaminado al tratamiento de inflamación tras la realización del ejercicio, con péptidos de origen vegetal que están científicamente probados para apoyar la recuperación del daño muscular y la inflamación producidos por el ejercicio.

El cosmético es otro sector beneficiario de su aplicación. Por ejemplo, cosméticos a base de péptidos bioactivos antioxidantes que influyen de manera directa sobre la piel, contribuyendo a disminuir o ralentizar su envejecimiento prematuro. También en farmacia, un ejemplo de ello son los péptidos que desempeñan funciones hormonales, antiinflamatorias o inmunomoduladores. Pudiendo constituir una fuente para la generación de nuevos fármacos que no precisan de síntesis química.

Suplementos a base de péptidos bioactivos de colágeno, que contribuyen a mejorar el rendimiento deportivo, así como la recuperación postentrenamiento, son ejemplos de aplicación en alimentación funcional y productos deportivos. Por último, su aplicación en alimentos para animales tiene su uso, por ejemplo, en piensos para porcinos que incorporan proteínas aisladas de la leche, huevo o patata las cuales poseen péptidos con una marcada actividad antimicrobiana.

Fuente: Interempresas

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