Industria Alimentaria

La industria alimentaria echa el freno por la inflación: la producción crece solo un 1.5% en 2022

La industria de la alimentación y bebidas fue una de las que mejor aguantó la pandemia y una de las que se recuperó más rápidamente, pero no ha logrado volver el ritmo de crecimiento anterior. La producción real de las empresas del sector creció un 1.5% el año pasado, hasta 144,955 millones de euros, cuando antes de que estallara el covid (entre 2015 y 2019) la media de incrementos era del 4.5%, según el informe económico que ha presentado el Ministerio de Agricultura y la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). La escalada inflacionista ha disparado los costos y desacelerado el consumo, mientras la sequía ha agravado la incertidumbre sobre la evolución de los precios de algunos alimentos en los próximos meses.

Tanto las empresas como el Gobierno son cautos sobre la futura evolución de los precios de los alimentos, que se encuentran en niveles récord: todo apunta que los principales costos, como piensos, energía y materias primas, están moderándose y la tendencia irá trasladándose poco a poco a la industria. Sin embargo, la falta de lluvia continúa y puede alterar el panorama, ya que reduce las cosechas y, por lo tanto, la oferta. “Si la situación de la sequía no altera demasiado la situación, los precios deberían ir a la baja”, ha dicho en una conferencia de prensa el secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio, Fernando Miranda.

Hay muchas variables que incluyen en los precios: “Los cereales, por ejemplo, dependen de los precios internacionales, y ya veremos qué pasa con la producción del olivar, o la campaña de fruta de verano, o la de cítricos, que también se vería muy perjudicada por una bajada de producción”, ha puntualizado Miranda. El aceite de oliva se encuentra en máximos de precios después de que alguna producción cayera a la mitad el año pasado.

Los precios de producción se han ido acelerando desde finales de 2021, hasta subir un 18.6% al cierre de 2022. “Esta situación se ha transformado en una pérdida de dinamismo de los ritmos reales de la actividad productiva del sector y en una reducción de márgenes en un intento de no generar mayores desajustes entre oferta y demanda”, ha asegurado el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo.

“Este escenario de aumento de precios, junto a las medidas adoptadas para la contención de la inflación como las subidas de los tipos de interés, ha llevado a los hogares a la contención de sus gastos y a modificar sus patrones de consumo”, ha explicado. Su volumen total de gasto se ha retraído hasta 66,294 millones (una caída del 1.1%). Lo mismo ha sucedido con el gasto medio por persona en el hogar, que refleja una caída del 1.8% (1,427 euros) con relación al mismo periodo de 2021.

Golpe a las exportaciones

Las exportaciones, clave para el sector, se han resentido también por el aumento de los costos. El total de ventas al exterior creció un 9%, hasta los 41,643 millones, por el incremento de los precios. Pero el volumen ha caído un 7.2%. El superávit comercial se situó en 10,640 millones, un 20% menos que en 2021, principalmente por la reducción de la demanda (especialmente de China, con una caída del 34.5% en las exportaciones). “La inseguridad general de la economía, el fuerte impacto de la inflación y todos los problemas logísticos y de transporte han impactado en las ventas reales”, destaca FIAB, federación integrada por 45 asociaciones y unas 30,000 empresas del sector. El número de firmas exportadoras se contrajo un 2.3%, hasta 18,902.

Los principales destinos son Francia (6,124 millones de euros), Portugal (4,506 millones) e Italia (4,126 millones). China (2,258 millones) ha perdido el puesto de principal mercado fuera de la UE y ha sido superado por EE UU (2,467 millones).

El sector, que representa el 19.3% de la industria manufacturera y cerca del 2.5% del total de la economía española, cuenta con 30,159 compañías. En 2022, la complicada situación de costos llevó al cierre a 150 pequeñas empresas de menos de 50 empleados. “Como elemento positivo, y en línea con la trayectoria de años anteriores, las empresas de mayor tamaño han experimentado un avance del 11.4%, continuando en la mejora de la dimensión del sector para acabar con la alta atomización de la industria”, destaca FIAB. Las pymes siguen siendo el elemento central y suponen un 96% del tejido empresarial.

Fuente: el País

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