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La cáscara de papaya podría ser una fuente de antioxidantes para la industria alimentaria

La alimentación saludable es uno de las problemáticas más grandes que tienen sobre la mesa los organismos multilaterales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) e incluso, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

Los antioxidantes sintéticos que se obtienen de la industria petroquímica son causantes de tumores, quistes y daños hepáticos, tanto en humanos y animales, y son usados para la producción de margarinas, aceites vegetales, mantequillas, entre otros. Estos tienen funciones importantes en la industria alimentaria, ya que ayudan a conservar el sabor, color y aroma de algunos productos.

Ante este panorama, Andrea Velasco Arango, ingeniera agroindustrial y estudiante del doctorado en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), sede Palmira, centró su investigación en la papaya por su alto consumo local y el aumento de producción en regiones como el Valle del Cauca.

La virtud de su investigación radica en la capacidad antioxidante que tienen los compuestos fenólicos y que son aptos para consumo humano. “Estos se encuentran en las hojas y en los tallos de los frutos. Son producidos por la planta como un mecanismo de defensa ante un posible factor de estrés que se puede causar por altas temperaturas, falta de riego o de nutrientes en el suelo”, explicó Arango.

Como la cáscara de papaya es un residuo orgánico que no se utiliza, puede contaminar suelos y fuentes hídricas, incrementando la huella de carbono.

“La idea con el proyecto es aprovechar la cáscara de la papaya como subproducto y reincorporarla en la cadena alimentaria para cumplir con la economía circular, que quiere decir que todo residuo sea aprovechado e incluido de nuevo en la cadena de producción agroindustrial”, dijo.

Estos compuestos fenólicos también pueden ser usados en margarinas, carnes y algunos productos cárnicos, procesados y ultraprocesados para que no se pongan rancios.

En medio de la revisión bibliográfica y científica, Arango encontró que, entre las bondades de la cáscara de papaya, se encuentran concentraciones de ácido cafeico, ferúlico y p-cumárico. También tiene vitamina C, concentraciones de carotenoides, y funciones antioxidantes, lo que representa un potencial de la industria alimentaria.

Esta investigación sigue en curso, y ha sido financiada con recursos de regalías a través de la convocatoria del Programa Becas de Excelencia Doctoral otorgada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Fuente: Agronegocios

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