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Científicos encuentran que el queso feta tiene 489 tipos diferentes de proteínas

El feta es una de las opciones de queso más saludables según una nueva investigación en la que científicos han descifrado con éxito el ADN del famoso queso producido en Grecia.

Los científicos de la Fundación de Investigación Biomédica de la Academia de Atenas estudiaron una amplia variedad de queso feta de toda Grecia con la indicación “Denominación de Origen Protegida” (DOP) con la intención de cuantificar las características nutricionales.

Según los hallazgos, el queso feta tiene 489 tipos diferentes de proteínas, lo que lo convierte en una de las variedades de queso más ricas en proteínas del mundo.

Entre las proteínas identificadas, algunas son conocidas por su actividad antimicrobiana y por fortalecer el sistema inmunológico. Según los investigadores, las 489 proteínas conforman la “identidad” del queso feta griego original.

El queso feta es un queso bajo en calorías y bajo en grasa. También es una buena fuente de vitaminas B, calcio y fósforo. En una onza de queso hay 75 calorías y 4 g de proteína.

El queso feta contiene bacterias que promueven la salud inmunológica e intestinal, además de sus efectos antiinflamatorios. Contiene Lactobacillus plantarum, que representan alrededor del 48% de sus bacterias.

Si bien es un queso nutritivo, con un buen contenido de proteínas, también tiene un alto contenido de sodio, una forma de reducir el contenido de sal de este queso es enjuagarlo con agua antes de comerlo.

El queso tiene una historia que se remonta a más de 2000 años

El queso feta griego tiene un origen de hace más de dos mil años. Incluso se menciona una forma primitiva de feta en la Odisea, donde el héroe Odiseo toma el queso hecho por el cíclope Polifemo mientras escapa de su cueva.

“El queso feta es el buque insignia de las indicaciones geográficas de Grecia y representa aproximadamente el 10 % de las exportaciones de alimentos griegos, un testimonio de su excelente reputación internacional”, comparte la Unión Europea.

El auténtico feta solo se elabora con leche de razas autóctonas de ovejas y cabras, esto es lo que le da al feta su color blanco y es lo que le puede dar un sabor ligeramente picante. Es un queso al que no se le añaden colorantes, conservantes, lactoproteínas, sales de caseína ni leche condensada o en polvo.

La comisión Europea enfatiza que los sabores particulares del queso feta solo son posibles cuando las ovejas y las cabras pastan en la flora única de Grecia. La leche utilizada para preparar queso feta se recolecta estacionalmente y debe tener un contenido de grasa de al menos el 6%.

El feta se usa en muchos platos griegos, pero sobre todo en la ensalada griega, u horiatiki. Además de disfrutarse en ensaladas, también se puede añadir a otros platos, como tostadas de pan, con aceite de oliva y pimienta, así como a la parrilla, en tacos e incluso con frutas.

Fuente: La Opinión

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