El estrés laboral es una de las patologías que más afectan nuestra salud. Si esto se combina con una vida personal poco armoniosa y una mala alimentación, los resultados podrían ser fatales. Muchas personas acuden a medicamentos para lidiar con el estrés, perdiendo de vista que la alimentación es la base de nuestra salud. Como tal, la incorporación de alimentos saludables ricos en carbohidratos complejos, omega 3, vitamina B y proteínas nos ayudará a combatir el estrés y, por lo tanto, la ansiedad y la depresión asociadas a él. Teniendo en cuenta que el consumo de ciertos nutrientes contribuyen al malestar que desencadena estas patologías, modificar nuestros hábitos alimenticios nos dará las claves para gozar de una buena salud.
¿Por qué la alimentación combate la ansiedad?
Consumir una dieta equilibrada que incluya los nutrientes, vitaminas y minerales necesarios para que nuestro organismo funcione correctamente nos ayudará a mejorar nuestro estado de ánimo y tener una respuesta más positiva ante situaciones estresantes. Algunos alimentos promueven la producción de serotonina, la sustancia que regula el estado de ánimo. Otros controlarán nuestra saciedad, evitando que nos sintamos ansiosos por comer. Frutas y verduras como los arándanos, la naranja, los espárragos y la espinaca reducen nuestra respuesta negativa al estrés y ayudan a combatir la ansiedad.
Magnesio
En cuanto a los niveles generales de ansiedad de la mente, el magnesio es nuestro mejor aliado ya que disminuye el cansancio, regula el sistema nervioso y regulariza el metabolismo energético. Esto quiere decir que actúa en favor de nuestras necesidades para que no nos falte energía. Podemos incorporar magnesio a través del chocolate amargo, las pipas de girasol, las almendras, la quinoa y el pan integral. Para comenzar el día de la mejor manera, nada mejor que incluir en el desayuno una tostada de pan integral con aguacate. El aguacate aportará, además, el potasio necesario para el buen funcionamiento de nuestro cerebro.
Ácido pantoténico
El ácido pantonético es la vitamina B5, cuya función principal es asegurar el correcto funcionamiento del metabolismo energético. Además, este compuesto sintetiza correctamente la vitamina D, que mejora nuestra salud ósea, y se ocupa de regular los neurotransmisores que influyen en nuestro comportamiento y sensaciones, mejorando nuestro estado de ánimo. La avena, el salmón, el brócoli y la yema de huevo contienen ácito pantoténico. El salmón, además, aporta magnesio y omega 3; este alimento ayuda a prevenir el aumento del estrés y regula el azúcar en sangre promoviendo la relajación.
Niacina
La niacina, también conocida como vitamina B3, promueve la función psicológica y ayuda a prevenir la pelagra, que es una enfermedad que causa perturbaciones nerviosas y digestivas. Esta vitamina está presente en los lácteos, los huevos, las anchoas y el pimentón. Una buena manera de incorporar niacina en nuestra alimentación diaria es desayunar un tazón de cereales con leche o yogur y huevos revueltos. El yogur, además de vitamina B3, contiene probióticos que facilitan la absorción de nutrientes y fortalecen el sistema inmunológico.
