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Usarían el lirio acuático para cultivar hongos para consumo humano

Para la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de la Ciudad de México (CDMX), es posible utilizar el lirio acuático de los canales de Xochimilco para cultivar hongos comestibles para consumo humano y aprovecharlo además como forraje para el ganado, de acuerdo con un estudio realizado por Jessica Hermoso López Araiza, maestra en Ingeniería Ambiental de la UAM.

Expuso que el lirio acuático no debe considerarse un residuo que deba tirarse a la basura, pues desde los planteamientos de la economía circular, el lirio puede ser una fuente de alimento o de materia prima.

En el proyecto de investigación “Valorización integral del lirio acuático de los canales de Xochimilco en la CDMX. Producción de hongos comestible y forraje para animales”, señala que el lirio es una especie invasiva que no pertenece al ecosistema de Xochimilco empezó a alterar el equilibrio de la zona.

Uno de los principales problemas ocasionados por el lirio acuático en Xochimilco es su rápida reproducción, ya que en un periodo de cinco a 15 años logra duplicar su población, lo que genera invasión de canales de riego, presas y lagunas; provoca afectaciones ecológicas al romper las cadenas tróficas.

Todos los inconvenientes que el lirio genera, ponen en riesgo, incluso, el estatus de Xochimilco como área natural protegida, advirtió la investigadora, de ahí la relevancia de darle un manejo adecuado.

La propuesta de Hermoso López Araiza es utilizarlo como sustrato para cultivar hongos comestibles, en particular la especie Pleurotus ostreatus, un hongo que es de amplio consumo. Al ser México el principal productor champiñones y zetas en el continente americano, estos hongos tienen una importancia ecológica peculiar porque para favorecer su crecimiento suelen usarse residuos agrícolas, es decir, el sustrato donde va a crecer puede ser paja, lirio o cualquier otro desecho que permite que crezca.

“Nosotros decidimos aprovechar el lirio acuático para producir estos hongos y emplear el sustrato sobrante en alimento para animales, ya que estos restos suelen tener mucha fibra y cuando el vegetal crece la degrada y se convierte en un comestible muy nutritivo”.

La estrategia para lograr este objetivo fue recolectar lirio, caracterizarlo y preparar diferentes metodologías para verificar que el sustrato funcionara. Los diferentes tratamientos consistieron en moler la planta, seleccionar sus partes –en este caso tallo y raíz, ya que hay estudios que plantean que en éstos se acumulan los metales pesados– eliminar la humedad y los microorganismos.

Para la exclusión de microorganismos se optó por uno que fuera completamente esterilizado, otro pasteurizado y un compostaje para ver si al momento de hacer la composta el aumento de temperatura lograba separarlos para así evitar que los hongos tuvieran competencia.

El resultado fue que el hongo creció tanto en el lirio como en la paja, y al evaluarlo se observó que en el caso de aquel que no se secó al sol y se esterilizó, funcionó muy bien, al dar una eficiencia biológica de 111 por ciento en la paja de trigo y de 310 por ciento en el de lirio acuático.

Fuente: AM Querétaro

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