El Ministerio de Sanidad deja claro que el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España y con menor percepción de riesgo». De hecho, se estima que se producen más de 15,000 muertes al año y la edad de inicio de consumo en España es de 14 años.
La evidencia epidemiológica no muestra que el consumo de vino y de cerveza, como defienden algunas creencias, a pesar de contener sustancias que podrían ser potencialmente beneficiosas para la salud. Pero, hay unas peores que otras y un límite de consumo de alcohol que implica un riesgo para la salud.
El consumo de alcohol puede impulsar el envejecimiento y el crecimiento de grasa abdominal. Pero, ¿cuál es el tipo de bebida que más afecta al organismo? Un estudio publicado por la revista Obesity Science & Practice deja claro cuáles son los diferentes tipos de alcohol se asociaron de manera diferencial con la composición corporal.
En concreto, el estudio del Biobanco del Reino Unido analizó a más de 1,800 entre los 40 y los 80 años. Las personas declararon factores demográficos, de consumo de alcohol, alimentos y de estilo de vida y la composición corporal se obtuvo mediante absorciometría de rayos X de energía dual.
Según los resultados, un mayor consumo de cerveza/licor se asoció con una mayor acumulación de grasa visceral, que se debió a la dislipidemia y la resistencia a la insulina. Por el contrario, beber más vino tinto se asoció con menos masa adiposa visceral, lo que se debió a la reducción de la inflamación y al aumento de las lipoproteínas de alta densidad. El consumo de vino blanco predijo una mayor densidad ósea.
La cerveza y los licores pueden contribuir parcialmente a la hipótesis de la «caloría vacía» relacionada con la adipogénesis, mientras que el vino tinto puede ayudar a proteger contra la adipogénesis debido a los efectos antiinflamatorios/eulipidémicos. Además, el vino blanco puede beneficiar la salud ósea en adultos mayores blancos.
Fuente: Ideal
