Notialfa

Puebla, principal productor nacional de amaranto

En 2022, la producción de amaranto en México tiene un valor anual de 72 millones de pesos. El consumo anual per cápita de este en México es de 47 gramos

El amaranto es una planta que ha sido cultivada y consumida desde hace miles de años en América. Era un cultivo sagrado y un alimento básico para las antiguas civilizaciones como la mexica y maya. Actualmente se considera un superalimento debido a sus altos valores nutricionales y medicinales.

Hoy por hoy, el estado de Puebla es el principal productor de amaranto en México.

De acuerdo con datos del Panorama Alimentario 2022, nuestro país produce en promedio seis mil toneladas de amaranto al año; en Puebla, la producción asciende a 3 mil 509 toneladas, es decir, más del 50 por ciento del amaranto que consumimos es poblano.

Tlaxcala es el segundo estado productor de dicha semilla, con 2 mil 039 toneladas y el Estado de México se ubica como tercer productor de amaranto con 373 toneladas al año.

En 2021, la producción de amaranto en México tiene un valor anual de 72 millones de pesos. El consumo anual per cápita de amaranto en México es de 47 gramos.

Valor nutricional

El amaranto es rico en proteínas, fibra, minerales como hierro, calcio, fósforo, potasio y magnesio, vitaminas como la vitamina C, vitamina A y vitaminas del grupo B, y ácidos grasos esenciales. Además, contiene antioxidantes y compuestos antiinflamatorios que pueden ayudar a prevenir enfermedades crónicas.

Las semillas de amaranto se pueden consumir enteras o en forma de harina, y se pueden agregar a la preparación de panes, tortas, galletas, barritas de cereales, o mezclarse con otros cereales en la elaboración de muesli y granolas. Las hojas de amaranto también se pueden consumir crudas en ensaladas, o cocidas como verdura, en sopas y guisos.

La forma más tradicional en que lo conocemos los mexicanos es a través de las alegrías, un dulce típico que se prepara con miel o con chocolate.

Planta sagrada y prohibida

Los aztecas lo llamaban “huauhtli” y lo utilizaban en ceremonias religiosas y rituales, y lo combinaban con miel para hacer una especie de dulce llamado “alegría”. Los incas también lo utilizaban en ceremonias religiosas y lo combinaban con otros cereales para hacer una especie de galleta. Además, los antiguos guerreros mexicas comían una especie de galletas hechas de amaranto antes de las batallas para aumentar su energía y fuerza.

Sin embargo, con la llegada de los conquistadores españoles, la planta de amaranto fue prohibida y considerada una planta “pagana” y se reemplazó por los cultivos de trigo y maíz. Aunque el amaranto nunca se extinguió por completo, su consumo disminuyó significativamente.

En la década de 1970, el interés en el amaranto fue renovado por su valor nutricional y su potencial como cultivo para la alimentación humana. Desde entonces, el amaranto ha sido promovido como un alimento nutritivo y como un cultivo de bajo impacto ambiental, ya que puede crecer en suelos pobres y resiste condiciones climáticas adversas.

Fuente: El Universal de Puebla

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *