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Ahora las golosinas vienen de la carne

Un grupo de docentes de la Universidad del Magdalena, luego de varios años de estudio, lograron patentar un elemento nutricional con altos niveles proteicos de vitaminas y vitaminas con sabor dulce, proveniente de la carne de pescado, cerdo, pollo y res.

Siguiendo los trabajos investigativos, enfocados a la creación de un complemento alimenticio que fuese apto para mejorar los hábitos saludables de niños, adolescentes y jóvenes, cinco maestros de la Universidad del Magdalena consiguieron crear un dulce con base en proteína animal, creado en la Planta Piloto Pesquera de Taganga.

El producto fue patentado luego de superar la respectiva verificación de requisitos, bajo la Resolución 46882, otorgada por la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, siendo esta la segunda patente de invención para la Universidad con la creación titulada “Proceso para obtener caramelos de base proteica de carne de pescado, res, cerdo o pollo y caramelo de base proteica así obtenido”.

Además, esto representa la tercera patente de invención nacional concedida por la SIC en toda la historia del mismo, y es un logro que va a repercutir positivamente en el Índice Departamental de Competitividad.

Nacimiento del producto

Esta patente, perteneciente al sector tecnológico de procesos químicos, nació en el 2015 como iniciativa de un equipo de docentes de la Alma Máter conformado por el ingeniero especialista Eduardo Cabrera Durán, el ingeniero magíster Álvaro Espeleta Maya, el ingeniero especialista Omar José Carreño Montoya, la ingeniera Ruby Corvacho Narváez, el doctor Víctor Márquez Zaldúa y el químico magíster Armando Lacera Rúa, Qepd, con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y la Dirección de Transferencia de Conocimiento y Propiedad Intelectual.

“Viendo que había que buscar una forma de llegar a los niños o adolescentes que estaban consumiendo muchos dulces con colorantes y azucares que no tenían ningún grado nutricional, optamos por hacer un producto de tipo confitería que llegara al acceso de los niños y tuviera un alto contenido proteico de carbohidratos y vitaminas”, señaló el ingeniero especialista Eduardo Cabrera.

El producto fue creado cumpliendo con los requisitos mínimos de higiene, inocuidad y calidad, manteniendo la política institucional de la universidad de proteger las técnicas de procesos y normas de calidad que justifiquen su reputación alimenticia comercial por conducto de una patente.

El ingeniero Omar Carreño, destacó el acompañamiento de la Alma Máter en todo el proceso para lograr patentar esta invención. “El apoyo de la Universidad fue con las instalaciones, la experticia de cada uno de los profesionales al servicio del Programa de Ingeniería Pesquera, nos colaboró con un grupo de abogados quienes hicieron el proceso de la patente y hubo un apoyo en términos económicos, con el que nos ayudaron en el proceso de desarrollo de estos productos”, además resaltó los buenos resultados del trabajo en equipo con el que lograron este objetivo, “fue un trabajo en conjunto desde su inicio hasta el fin, si algo tendríamos que valorar es el gran aporte de nuestro gran maestro hoy día ausente, el doctor Armando Lacera Rúa”.

Por su parte, la ingeniera Ruby Corvacho, miembro del equipo de inventores, hizo énfasis en el valor de esta experiencia, “la oportunidad que hemos tenido todos de lo que hemos aprendido, los conocimientos adquiridos durante años y el poder verlo en el trabajo realizado nos ha llenado de mucha confianza, en saber que podemos seguir trabajando sabiendo que podemos llevarlo a obtener productos de buena calidad y que se puedan aprovechar en la parte alimentaria”.

Con un aporte de proteína entre 12% y 18%, estos caramelos cárnicos poseen dos presentaciones, una es con cubierta de chocolate masa glasé negro y a otra parte a la que no se le aplica ningún tipo de cobertura.

El ingeniero Álvaro Espeleta y el doctor Víctor Márquez, ven esta invención patentada como un aporte al Proceso de Autoevaluación con Fines de Renovación de Acreditación Institucional de Alta Calidad de Unimagdalena, y el proceso de renovación de Acreditación del Programa de Ingeniería Pesquera, permitiendo que la Universidad suba de nivel en lo que a características especiales de evaluación se refiere.

Luego de la obtención de la patente son muchas las expectativas que se tienen con el caramelo de base proteica, “queremos hacerle una promoción muy grande porque no es fácil que una persona entienda exactamente de qué hablamos cuando le ofrecemos un caramelo de pescado, cerdo, pollo o carne de res, no es un concepto fácilmente asimilable el revolver dulce con carne, sin embargo, eso fue lo que logramos hacer”, indicó el docente Álvaro Espeleta.

En un país como Colombia, donde la mayoría de habitantes no tiene una alimentación saludable, la Universidad del Magdalena busca con este producto lograr que niños, adolescente y adultos, mantengan una vida saludable, y que tengan conocimiento de cómo consumir alimentos no solo por llenarse sino con la cantidad de proteínas, carbohidratos, grasa y minerales que se necesitan. “Si yo me alimento bien y mi entorno es bueno, así tenga el gen del cáncer, difícilmente se va a disparar, pero si yo me alimento mal, lo más seguro es que ese gen se dispare”, añadió el ingeniero Eduardo Cabrera.

Esta segunda patente obtenida por Unimagdalena, que consiste en un interesante complemento nutricional con un alto contenido proteico de carbohidratos y vitaminas, convirtiéndose en un aporte para lograr una alimentación saludable en niños, adolescentes y adultos.

Fuente: El Informador

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