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El harmol, la molécula de café que mejora la calidad de vida durante el envejecimiento

Un estudio publicado en la revista científica Nature muestra que el harmol, un compuesto de la familia de las betacarbolinas presente en el café, mejora la función del músculo esquelético y parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento.

Según los resultados de una investigación publicada recientemente en la revista Nature, el tratamiento con harmol ha extendido significativamente la esperanza de vida en dos modelos de invertebrados estudiados. Como otras betacarbolinas, el harmol no está presente sólo en los granos de café, sino que también se puede encontrar en otros alimentos como en los cereales, la carne y el pescado.

El tratamiento ha mejorado la tolerancia a la glucosa de los sujetos, la sensibilidad a la insulina y la acumulación de lípidos hepáticos en un modelo de prediabetes. Finalmente, entre los cambios a nivel neuromuscular, se ha podido observar una reducción muy significativa en la fragilidad en animales viejos tratados con harmol, ha indicado el Instituto de Investigación Sanitaria (INCLIVA), participante en la investigación.

Un anciano frágil tiene más posibilidades de acabar siendo dependiente y se fatiga con más facilidad que una persona joven, entre otras cosas, porque sus mitocondrias dejan de ser funcionales, pierden la capacidad de producir energía. Una de las soluciones para mantener las mitocondrias en buenas condiciones pasa por ingerir alimentos que contengan harmol, puesto que dicho componente activa en las células unas vías de señalización capaces de mejorar las mitocondrias y parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento.

La investigación, dirigida por el Grupo de síndrome metabólico Biopromet del Instituto Imdea Alimentación de Madrid, ha destacado otro aspecto interesante de la molécula. “Con el harmol hemos descubierto que el efecto de mejora mitocondrial lo llevan a cabo las células mediante mecanismos parecidos a los que nos hacen sentir más felices, puesto que comparten las mismas proteínas. Se abre un campo de investigación sobre la asociación entre el estado psicológico y el envejecimiento”, ha explicado el doctor Pablo J. Fernández-Marcos, principal responsable del proyecto.

Por su parte, la doctora Gómez Cabrera, de INCLIVA, ha destacado la trascendencia de este tipo de investigaciones dirigidas a contribuir a un envejecimiento saludable. “Hemos conseguido aumentar la expectativa de vida más en los últimos cien años que en los dos mil previos. Sin embargo, el envejecimiento de la población es un reto porque no hemos sido capaces de alargar la vida con buena salud. De hecho, el principal factor de riesgo para casi todas las enfermedades crónicas es el envejecimiento”.

Además, la especialista añade que desde la ciencia se está afrontando actualmente una fase de intervención respecto al envejecimiento. “Debemos tener en cuenta que no podemos curar un proceso fisiológico. Envejecer no es una patología, es parte del proceso vital, pero lo que sí podemos y debemos hacer es modularlo”.

Fuente: Expansión

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