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El alimento ancestral, rico en minerales y vitaminas que favorecen la microbiota

El ajo, cuyo nombre científico es Allium satiyum, es una hierba antigua que ha desencadenado tanto admiradores como detractores a lo largo de la historia.Se cree que se originó en la zona de Egipto, Grecia y el Imperio Romano, pero su historia precisa sigue siendo un misterio.

Según un informe del National Institutes of Health (NIH), a lo largo de la historia, el ajo ha sido empleado por diversas sociedades con propósitos medicinales. Se ha utilizado como un antibiótico para tratar enfermedades que desencadenaban epidemias, como el cólera o la influenza, así como para fortalecer la salud de los guerreros y como agente curativo y desinfectante de heridas.

En 2021, el ajo se convirtió en tendencia en las redes sociales con el “reto del ajo en la nariz”, una práctica que prometía aliviar resfriados y congestiones nasales. Aunque este desafío se volvió popular, los expertos de la salud advirtieron sobre los posibles riesgos, como la irritación.

¿Cuáles son los beneficios de consumir ajo?

A pesar de las controversias, el consumo adecuado de ajo aporta numerosos beneficios para la salud. Según la Dra. Analía Yamaguchi, especialista en nutrición, el ajo es una fuente de hidratos de carbono fructanos que actúan como prebióticos para la microbiota intestinal.

Para Estela Mazzei, licenciada en Nutrición, también es rico en minerales como yodo, fósforo, potasio y manganeso, así como en vitaminas B6 y C, que regulan el azúcar en sangre y promueven la reparación de tejidos.

Según investigadores de la Universidad de Cambridge en Inglaterra, estudios realizados en animales han revelado que el consumo de ajo puede contribuir a la reducción del riesgo de padecer cáncer, especialmente en el estómago, colon y esófago. Esto se debe a que los nutrientes del ajo interactúan con las células del cuerpo, impidiendo el desarrollo de tumores.

Además, desde esta institución se ha observado que la ingesta de este alimento también puede favorecer la disminución de la presión arterial y reducir los niveles de colesterol LDL, lo que a su vez disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas.

Este contiene selenio, un antioxidante y antiinflamatorio que le confiere propiedades antibacterianas, antifúngicos y antivirales.

Los flavonoides presentes en el ajo protegen contra el daño oxidante y pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. “Puede tener resultados positivos sobre factores de riesgo cardiovascular debido a que contribuye a reducir la hiperlipidemia, la hipertensión y previene la formación de trombos”, resalta Mazzei”. 

Fuente: El Tiempo

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