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Crean un edulcorante bajo en calorías y bueno para la microbiota

La mayoría de las personas adoramos los dulces, ya sea en forma de refresco, batido, tartas o toda suerte de productos horneados. Sin embargo, consumir edulcorantes artificiales o azúcar blanco de mesa en exceso puede tener efectos negativos para la salud. De hecho, es ampliamente aceptado que demasiada azúcar es mala. Los edulcorantes artificiales son un reemplazo supuestamente saludable. Aunque se cree que son seguros para el consumo, la investigación tanto en humanos como en animales sugiere que algunos de ellos pueden estimular el apetito y, en consecuencia, provocar mayor consumo de alimentos y con ello un aumento de peso que conduzca a la obesidad. De ahí que los científicos lleven muchos años intentando encontrar un mejor edulcorante que sea tan dulce como los existentes, pero más beneficioso para la salud.

Ahora, un equipo de científicos ha identificado precisamente un nuevo edulcorante bajo en calorías que podría tener beneficios para el microbioma intestinal. Según los expertos, que publican su estudio en el Journal of Agricultural and Food Chemistry de la American Chemical Society (ACS), la mezcla baja en calorías es tan dulce como el azúcar de mesa y, en pruebas de laboratorio, alimenta microbios intestinales buenos.

Un edulcorante que mejora la salud intestinal

Los galactooligosacáridos, que se encuentran en la leche de los mamíferos, son azúcares bajos en calorías con actividad prebiótica que pueden ser una fuente de energía para los microbios intestinales beneficiosos, pero no son lo suficientemente dulces como para reemplazar el azúcar de mesa. Otros extractos suelen tener sabores desagradables, a pesar de ser centenares de veces más dulces que el propio azúcar, por lo que los investigadores se pusieron a reflexionar si habría posibilidad de sacar algo positivo haciendo algún tipo de mezcla. El edulcorante consiste en una mezcla de galactooligosacáridos (GOS) y mogrosidos modificados procedentes de la fruta china del monje. Los GOS son prebióticos y azúcares bajos en calorías que se pueden producir a partir de la lactosa en la leche de los mamíferos. Sin embargo, como no tienen la misma dulzura que el azúcar de mesa, no podrían usarse como alternativas al azúcar por sí solos.

Evaluando su dulzura

En experimentos de probeta, el nuevo edulcorante aumentó los niveles de múltiples microbios intestinales humanos que son beneficiosos, incluidas las especies bacterianas Bifidobacterium y Lactobacillus. Además, los aumentos en los metabolitos producidos por las bacterias, como el acetato, el propionato y el butirato, indicaron que la mezcla podría tener un efecto prebiótico en el microbioma intestinal. Para evaluar el dulzor, los investigadores trabajaron con un grupo de panelistas sensoriales capacitados que compararon el edulcorante con el azúcar. Descubrieron que el edulcorante tenía un dulzor comparable a este, lo que indica que podría funcionar como una alternativa agradable. “Estos sustratos podrían considerarse como nuevos edulcorantes prebióticos candidatos, previendo un enfoque factible e innovador dirigido a la reducción del contenido de sacarosa en los alimentos”, explican los expertos.

La combinación de estos factores, en teoría, reduciría la ingesta de azúcar y aumentaría el beneficio para la salud del edulcorante. Lo siguiente será estudiar más de cerca el impacto de la sustancia en la salud intestinal humana.

¿Cuándo estaría disponible?

El desarrollo de este nuevo edulcorante, cuya investigación fue financiada por el Gobierno español a través del Ministerio de Ciencia, el plan de financiación de investigación Horizon 2020 de la Unión Europea y Optibiotix Health, con sede en el Reino Unido, a partir de fuentes naturales, puede ser una alternativa adecuada en el mercado de los edulcorantes en el futuro.

Según el estudio, “este nuevo ingrediente podría proporcionar beneficios para la salud cuando se evalúe en estudios en humanos al combinar la dulzura y la funcionalidad de la fibra prebiótica”. Sin embargo, será necesario evaluar la magnitud de este efecto beneficioso en la microbiota humana. Por el momento, es más especulación que una posibilidad real para el mercado.

Fuente: Alimente

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