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Comer setas para prevenir enfermedades mentales

Las setas son consideradas como un superalimento que constantemente trae noticias positivas. La penicilina, descubierto por Alexander Fleming en 1929, revolucionó el campo de la medicina. Derivada del hongo Penicillium, la penicilina ha sido aclamada durante mucho tiempo como el antibiótico definitivo de nuestro tiempo. Lamentablemente, el uso excesivo de este fármaco ha provocado un aumento de la resistencia bacteriana, lo que hace cada vez más difícil combatir las infecciones. Se ha descubierto que comer setas puede prevenir enfermedades mentales.

Por ello, aquí se menciona la importancia de comer setas para prevenir enfermedades mentales.

Los macrohongos, comúnmente conocidos como hongos u hongos comestibles, son un tipo de hongos que se pueden encontrar tanto por encima como por debajo del suelo. Estos fascinantes organismos tienen un cuerpo visible y único que a menudo se cosecha y se disfruta como alimento. Un estudio publicado en el ‘Journal of Affective Disorders’ arroja nueva luz sobre el impacto positivo de las setas en el bienestar mental.

La FAO informa que existen aproximadamente mil setas aptas para el consumo. El otoño se considera en España la estación óptima para recolectar y disfrutar de este exquisito manjar en su forma más fresca, aunque se pueden encontrar setas cultivadas durante todo el año.

Los hongos, que a menudo se pasan por alto, tienen una larga historia de consumo y uso medicinal, como lo señaló Harvard T.H. Escuela de Salud Pública. Los practicantes de la medicina tradicional y popular valoran mucho los hongos con forma de campana por sus propiedades limpiadoras y curativas. Si bien son bajos en calorías y grasas, los champiñones también proporcionan una cantidad decente de fibra y diversos nutrientes. Sin embargo, lo que los hace realmente fascinantes son sus compuestos vegetales no nutritivos, como los polisacáridos, polifenoles y carotenoides.

Beneficios de comer setas

Numerosos estudios en células y animales han demostrado los efectos antioxidantes y antiinflamatorios de estos compuestos. Además, los chefs aprecian los hongos por su capacidad para realzar los sabores y crear un sabor rico y sabroso conocido como umami, gracias a la presencia de glutamato, un aminoácido que se encuentra en carnes, pescados, quesos y sopas hirviendo. Es importante señalar que los hongos no se clasifican como vegetales; son un tipo específico de hongo que contiene ergosterol, una sustancia similar en estructura al colesterol animal. Curiosamente, cuando se expone a la luz ultravioleta, el ergosterol se puede convertir en vitamina D.

Los hongos exhiben una variedad de apariencias, aunque típicamente se caracterizan por un tallo, un sombrero redondeado con una textura carnosa y branquias ubicadas debajo del sombrero. China y Estados Unidos se encuentran entre los principales productores mundiales de hongos.

Una de las ventajas destacables de los hongos es su potencial para combatir el cáncer, como informa la revista ‘Advances in Nutrition’, al tiempo que reduce el riesgo de mortalidad prematura. Además, se ha descubierto que tienen un impacto positivo en la microbiota, como destaca un análisis exhaustivo publicado en el ‘International Journal of Molecular Sciences’.

Comer setas para prevenir enfermedades mentales

Un estudio realizado en la Universidad de Singapur, en el que participaron 663 participantes con una edad promedio de 60 años, demostró que los hongos pueden desempeñar un papel en la mitigación del deterioro cognitivo. En una investigación separada, investigadores de la Facultad de Medicina de Pensilvania examinaron los registros dietéticos y de salud mental de más de 24,000 adultos estadounidenses entre 2005 y 2016.

Sus hallazgos revelaron que las personas que incorporaban hongos a su dieta tenían una menor probabilidad de experimentar depresión. Este efecto beneficioso se atribuye a la presencia de ergotioneína, un antioxidante que se encuentra en los hongos y que protege contra el daño celular y tisular. Numerosos estudios también han indicado que los hongos poseen el potencial de prevenir diversos trastornos mentales, como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión.

El investigador principal, Djibril Ba, explicó que los hongos, particularmente los blancos, son una excelente fuente de ergotioneína, un aminoácido que los humanos no pueden producir de forma natural. La ergotioneína es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y puede ayudar a reducir el riesgo de estrés oxidativo, lo que a su vez podría aliviar los síntomas de la depresión. Además de ergotioneína, los hongos blancos también contienen potasio, que se cree que tiene efectos reductores de la ansiedad.

Se ha descubierto que otra especie comestible, la melena de león, estimula la producción de factores de crecimiento nervioso, lo que podría contribuir a la prevención de trastornos neuropsiquiátricos como la depresión. Los investigadores observaron que el consumo de hongos era más frecuente entre las mujeres blancas no hispanas con educación universitaria. La edad promedio de los participantes encuestados fue de 45 años, y la mayoría eran personas blancas no hispanas.

Después de tener en cuenta diversos factores como la sociodemografía, los principales factores de riesgo, enfermedades, medicamentos y otros factores dietéticos, los investigadores observaron una correlación significativa entre el consumo de hongos y tasas más bajas de depresión. Sin embargo, no encontraron ningún beneficio adicional asociado con una ingesta elevada de hongos.

Mejoras en la salud

Este estudio contribuye al catálogo en expansión de posibles ventajas para la salud asociadas con el consumo de hongos. En un esfuerzo por explorar estrategias potenciales para reducir el riesgo de depresión, el equipo de investigación realizó un análisis secundario. Su objetivo era determinar si sustituir una ración diaria de carne roja o procesada por una ración equivalente de champiñones podría tener un impacto positivo. Sin embargo, los hallazgos no revelaron una asociación significativa entre esta sustitución dietética y una disminución de las probabilidades de depresión.

Ha habido una falta de investigación sobre la correlación entre el consumo de hongos y la condición de salud mental antes mencionada, y la mayoría de los estudios consisten en ensayos clínicos con menos de 100 participantes. Sin embargo, este estudio enfatiza la importancia potencial de incorporar hongos en las prácticas clínicas y de salud pública para aliviar la depresión y prevenir otras enfermedades.

Los investigadores reconocieron ciertas limitaciones que podrían abordarse en investigaciones futuras. Por ejemplo, los datos no proporcionaron detalles específicos sobre los tipos de hongos consumidos, lo que impidió determinar los efectos de los tipos individuales sobre la depresión. Además, los investigadores se basaron en códigos alimentarios emitidos por el Departamento de Agricultura de EE. UU. para evaluar la ingesta, lo que puede haber dado lugar a una clasificación errónea o un registro inexacto de determinadas entradas.

Fuente: Lifestyle

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