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Antioxidantes microencapsulados para prevenir enfermedades crónico-degenerativas

Investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) recibieron título de patente para la casa de estudios gracias a su trabajo denominado Antioxidantes microencapsulados procedentes de frutos rojos para su utilización en productos alimenticios y farmacéuticos.

Ese trabajo fue desarrollado por los científicos Víctor Jesús Sánchez Ávila, Karina Fernández Zúñiga, Raquel Cariño Cortés y Santiago Ricardo Tomás Filardo Kerstupp, quienes expusieron en su trabajo que los antioxidantes son sustancias que protegen del estrés oxidativo y previenen enfermedades crónico-degenerativas, como el cáncer, obesidad, hipertensión, trastornos, cardiovasculares, entre otros padecimientos.

Entre los antioxidantes que estudiaron se encontró el ácido elágico, que reduce los efectos perjudiciales y cancerígenos de los hidrocarburos poliaromáticos y de la nitrosamina, así como los efectos perjudiciales de la nicotina.

Esa invención da seguimiento a las patentes Polvo a base de frambuesa roja Rubus idaeus y zeolita activada y micronizada para atenuar la adicción a la nicotina, proceso para su preparación y su uso, así como Encapsulamiento de sabores sintéticos y extractos naturales de frutas, granos y fármacos con gomas extraídas de Opuntia spp y Cylindropuntia imbricata, mediante secado por aspersión para su utilización como materia prima de la industria alimentaria y farmacéutica.

En ese trabajo, las microcápsulas pueden someterse a altas temperaturas y resisten pH ácidos hasta de uno, por lo que mantienen seguro su contenido hasta ingerirse. Para asegurarse de ello, los investigadores colocaron en una galleta las microcápsulas que al ingerirlas liberan un activo en el estómago y sirve para atenuar la adicción a la nicotina.

Los antioxidantes microencapsulados no sólo pueden agregarse a una galleta, también pueden incluirse en otros productos, como el yogurt.

Durante una entrevista, los investigadores de la Autónoma de Hidalgo indicaron que ese trabajo fue fruto de la tesis de titulación de la ahora licenciada en nutrición Karina Fernández Zúñiga, quien lo realizó bajo la tutela de Raquel Cariño Cortés, profesora investigadora del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa), con apoyo de Víctor Sánchez y el científico Santiago Filardo Kerstupp.

Previamente, Santiago Filardo y Raquel Cariño habían acordado trabajar antioxidantes, de modo que Karina Fernández comenzó a extraer antioxidantes de fresa, uva, arándano rojo y azul.

La joven estudiante retomó la tesis de licenciatura de Víctor Sánchez, quien también generó otra patente, para acoplar su metodología a lo que realizó. Cuando Karina Fernández presentó su trabajo final lo hizo con información reservada, pues ya había hecho la solicitud de registro de la invención.

“La presencia de patentes es indicador de que en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo se realiza investigación de nivel mundial, cuyos creadores tienen la capacidad inventiva para resolver problemas técnicos reproducibles”, declaró Víctor Sánchez.

La patente de antioxidantes microencapsulados fue reconocida por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) por cumplir con los criterios de novedad, actividad inventiva y aplicación industrial. Ese trabajo comenzó como investigación básica, maduró a avanzada, arrojó desarrollo tecnológico y culminó certificado como una invención.

La científica Raquel Cariño subrayó la importancia de que estudiantes sean quienes propongan ese tipo de trabajos, susceptibles a la adquisición de patentes y egresen con ese reconocimiento, como le sucedió a Karina Fernández y a Víctor Sánchez.

Acerca del trabajo, comentó que el equipo que trabajó en la patente buscó generar, principalmente, un producto para beneficiar a los pacientes y la salud de la población. Recalcó que los estudios establecen que los antioxidantes tienen beneficios nutracéuticos y ahora les queda corroborar su impacto.

En tanto, Santiago Filardo manifestó: “Nuestro vicio es investigar y generar este tipo de cosas para que se aplique a la gente y tengan una vida sana”.

El trabajo fue reconocido por el IMPI por cumplir con los criterios de novedad, actividad inventiva y aplicación industrial; comenzó como investigación básica, maduró a avanzada, arrojó desarrollo tecnológico y culminó certificado como una invención.

Fuente: El independiente Hidalgo

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