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Líderes del sector reflexionan sobre cambio climático e industria alimentaria

“El principal reto de la industria de alimentación y bebidas es el cambio del modelo producir/consumir/tirar, que ya se está demostrando agotado”. Esa fue la contundente conclusión de Charo Saavedra, nature manager & carbon master dairy & water iberia en Danone, una de los cuatro ponentes de la jornada ‘Desafíos de las industrias de alimentación y bebidas ante los retos del cambio climático’, organizada en España por FIAB y Llorente y Cuenca en el Congreso de los Diputados.

También fue Charo Saavedra quien trasladó el objetivo más ambicioso de los que se expusieron: el compromiso de Grupo Danone de ser una compañía carbono neutral a nivel mundial en el año 2050. Más cercano en el tiempo, la firma trabaja actualmente en reducir su huella de carbono en un 50 por ciento para el próximo 2020.

Entre los proyectos pioneros en los que trabaja actualmente Danone, Charo Saavedra destacó la puesta en marcha durante 2017 de una herramienta para la recopilación de información sobre 40 granjas tipo representativas en España, destinada a fijar un punto de partida respecto a su huella ambiental, de cara a elaborar planes estratégicos y acciones a nivel global dirigidas a minimizar la huella de carbono de sus proveedores. En cuanto a los principales focos de actuación en la acción directa sobre sus fábricas y transportes, Saavedra destacó que se centran en la optimización del uso de agua, la agricultura sostenible, el bienestar animal y en los envases. En este punto, destacó el compromiso de su enseña ‘Evian’ para que en 2025 todas sus botellas sean de plástico reciclado.

Por su parte, Óscar Hernández, director de relaciones con la sociedad y medio ambiente de Calidad Pascual, inició su intervención afirmando que el cambio climático es la mayor amenaza de la industria alimentaria, por lo que se debería convertir en una variable imprescindible en los planes de negocio y en la estrategia de las compañías del sector. “Ese ha sido el gran cambio en Calidad Pascual y el primer hito de la compañía en materia ambiental”, señaló.

Hernández hizo también un repaso a lo que denominó “los gestos de Calidad Pascual”: iniciativas como la puesta en marcha de un comité medioambiental presidido directamente por un miembro de la familia accionista, vincular parte de la retribución de toda la plantilla a la consecución de objetivos medioambientales, el cálculo de la huella de carbono de su actividad de manera certificada y registrada en la Oficina de Cambio Climático de España, para su uso como herramienta de gestión estratégica -la compañía ha firmado en 2017 su cuarto ejercicio consecutivo reduciendo su huella de carbono-, y la gestión de su movilidad, a través de la optimización de su flota de vehículos, más de 1,200 unidades propias para llegar a alrededor de 80,000 puntos de venta. En este sentido, Calidad Pascual utiliza ya el autogas en el 75 por ciento de su flota.

En su turno, Jordi Aymerich, responsable de seguridad, salud y medio ambiente en Nestlé España, hizo un llamamiento a la industria a dirigirse hacia un modelo de alimentación sostenible. Aymerich explicó cómo desde Nestlé se está trabajando para contribuir a un futuro más sostenible para las familias, las comunidades productoras de materias primas y el planeta, actuando sobre tres grandes ejes: cuidar el agua, actuar contra el cambio climático y evitar la pérdida de diversidad en el medio ambiente. Detrás de esto hay iniciativas concretas, como su colaboración con determinados índices de medición de su actividad en materia de sostenibilidad o de uso energético; o acciones relacionadas con el efecto sobre las materias primas, como por ejemplo las llevadas a cabo a nivel global con productores de café o cacao, o a nivel local con su trabajo con productores nacionales de tomate para su enseña ‘Solís’ o con ganaderos lácteos de Galicia, Asturias y Cantabria, buscando minimizar el impacto de su actividad en el medioambiente. En materia de compromisos, Aymerich destacó que de cara a 2020 Nestlé pretende reducir un 35 por ciento las emisiones de CO2 del grupo respecto a 2010.

Por último, Carlota Crespo, responsable del departamento técnico y medio ambiente de ANFABRA, destacó la notable reducción en el consumo de agua por parte de los asociados en un 17% entre 2010 y 2016, con un objetivo de cara a 2020 de alcanzar una reducción del 20%. En materia de consumo energético, el objetivo 2020 pasaba por una reducción del 20%, si bien al cierre de 2017 ya se ha alcanzado una reducción del 21%. Por otro lado, señalo cómo desde el año 2000 los asociados han reducido entre un 12% y un 17% el empleo de materiales en sus envases.

Fuente: Alimarket

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