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Col y brócoli, alimentos anticancerígenos poco aprovechados

Un compuesto que se origina durante la digestión de sustancias contenidas en esas plantas actúa de manera preventiva contra 12 tipos de cáncer.

Hace más de 10 años, José Guillermo Penieres Carrillo y sus colaboradores de la Sección de Química Orgánica del Campo 1 de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán (UNAM), comenzaron a estudiar a las crucíferas, una familia de plantas entre las que se hallan la col de Bruselas, el brócoli, la col y la coliflor.

“Éstas contienen sustancias químicas y enzimáticas que, debido al pH ácido presente en el estómago de las personas, dan origen durante la digestión al diindolilmetano, compuesto con propiedades anticancerígenas muy marcadas. Ahora trabajamos con él”, afirmó el investigador universitario, que recibió el Premio Nacional de Química Andrés Manuel del Río 2016, en el área de docencia, otorgado por la Sociedad Química de México.

El diindolilmetano actúa de manera preventiva contra 12 tipos de cáncer, incluidos el de mama, cervicouterino y de próstata, los tres más comunes en el mundo.

De hecho, se sabe que retrasa la aparición de esa enfermedad y hace que su avance sea más lento en individuos que ya lo padecen; además, en algunos estudios se ha visto que, junto con la quimio y/o la radioterapia, también contribuye a su control o erradicación.

“En la literatura científica se describe la actividad de la col de Bruselas, el brócoli, la col y la coliflor en el organismo humano. Y se siguen haciendo análisis sobre el diindolilmetano y obteniendo nuevas evidencias de su acción anticancerígena”, explicó el científico.

Mejor crudas

Los precursores del diindolilmetano son los glucosinolatos (el principal de todos es la glucobrasicina). Éstos se descomponen durante la digestión de los alimentos que lo contienen, y en el proceso se origina el diindolilmetano, el cual entra en el torrente sanguíneo y da inicio a su actividad anticancerígena.

“Para aprovechar al máximo el contenido de glucobrasicina, estas plantas no deben ser sometidas a ningún proceso térmico que destruya sus propiedades. Por eso es importante consumirlas crudas”, indicó Penieres Carrillo.

La col de Bruselas, el brócoli, la col y la coliflor son lábiles térmicamente, es decir, muy poco estables; en consecuencia, durante su cocción se detiene el proceso necesario para que se origine el diindolilmetano; es decir, pierden todo su valor anticancerígeno. Al respecto, el investigador de la Universidad Nacional mencionó: “Cada vez que tengo la oportunidad de participar en foros académicos digo lo anterior, para que la gente sepa que la mejor manera de comerlas es no cocidas ni al vapor”.

Ahora bien, para algunos el sabor de estas plantas crudas resulta muy fuerte o incluso desagradable; pero hay soluciones, por ejemplo, se les puede agregar miel. El mismo Penieres Carrillo toma todos los días, desde hace unos 10 años, un licuado, sólo con agua, de col de Bruselas o de brócoli, pues tiene la intención de no padecer cáncer. Y a las mujeres con antecedentes familiares de cáncer les recomienda consumirlas cotidianamente.

“A partir de los trabajos de investigación que he consultado y de la información que no ha dejado de salir y publicarse, recomiendo su consumo a ojos cerrados. Sin duda debería haber más datos sobre los beneficios de estas plantas, en especial en las personas con antecedentes familiares de cáncer”, añadió.

De acuerdo con estudios muy precisos, las plantas de la familia de las crucíferas con mayor contenido de compuestos precursores del diindolilmetano son la col de Bruselas y el brócoli. La primera tiene tres veces más glucobrasicina que la segunda; en la col y la coliflor también existe, aunque se encuentra en menor cantidad.

Contra la leucemia

En el laboratorio, Penieres Carrillo y sus colaboradores trabajan en la síntesis de derivados sintéticos del diindolilmetano.

El proceso de degradación de la glucobrasicina se logra a partir de que es irradiada con luz ultravioleta (infrarrojo, ultrasonido y/o microondas), con lo que se obtiene primero indol-3-carbinol y, finalmente, diindolilmetano.

“En noviembre del año pasado sintetizamos 10 nuevos derivados sintéticos de este compuesto y en breve tendremos cinco más. Con Tonatiuh Cruz, del Departamento de Ciencias Biológicas de la FES Cuautitlán, los hemos estado evaluando como antifúngicos”, informó el investigador de la UNAM.

Por otro lado, al examinar la actividad anticancerígena de varios compuestos en la línea celular L5178-Y, de leucemia humana, Luvia Sánchez, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), encontró que el diindolilmetano actúa contra la leucemia in vitro, inhibiendo las células cancerosas hasta 93 por ciento. “No ha detectado que tenga efectos adversos. El siguiente paso será su aplicación en ratas”.

Cabe resaltar que, aprovechando sus beneficios, muchas empresas venden cápsulas de diindolilmetano, lo cual constituye un fraude debido a que la solubilidad en agua de éste es muy baja. Lo anterior significa que si alguna persona se toma una cápsula de dicho compuesto, así como se la toma abandonará su organismo sin que sea aprovechada.

“Aunque la investigación de Luvia Sánchez todavía está en su etapa experimental, los resultados han sido positivos, muy consistentes, por lo que estamos seguros de que va por buen camino”, finalizó Penieres Carrillo.

Fuente: UNAM

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